El heraldo de la lechuza

El Burro, el Hombre, el Niño… y Will Smith

/por Sofía León/

 

28 de marzo de 2022: 8:30 a.m.: Nuevamente el despertador no sonó… ¡Me lleva!, todos los lunes es lo mismo con eso… Otro día de estar corriendo de un lado a otro, reviso el celular rápidamente y veo lo atiborrado que están mis redes sociales de notificaciones: Una y otra… ¡300 notificaciones en una!… ¡150 en otra!, otras tantas en Instagram y así interminables opiniones; mi pobre celular ya no da más con toda la información que llega. En mi interior pensaba que algo realmente grave debió haber pasado; para ser franca, no había tenido tiempo de revisar mi celular a fondo la noche anterior. Seguramente el conflicto entre Rusia y Ucrania se había encrudecido… ¡Ya vamos sin escalas a la Tercera Guerra Mundial!, ahora sí se va a realizar el sueño de tanto conspiranoico… Al menos, eso pensé en un inicio.

 

Obviamente, mi curiosidad ya era demasiada para ese momento y empecé a observar un huracán interminable de memes y comentarios refiriéndose a Will Smith y una cachetada que le surtió a un comediante llamado Chris Rock en la entrega de los Premios Oscar, todo el evento fue por haber hecho burla a la alopecia de Jada Pinkett Smith, esposa del histrión. La gente se dividía en sus opiniones cual Mar Rojo en épocas de Moisés: Unos defendían la acción de Will Smith, otros más tomaban partido hacia Chris Rock… y algunos otros daban su voto a favor hacia la cónyuge del afamado actor.

 

Lo cierto es que, durante mi trayecto hacia el trabajo estuve haciendo diversas reflexiones al respecto, tratando de ponerme en los zapatos de uno y de otro, observando también que, ni raudos ni perezosos, comentaristas en diversos medios ya habían emitido sus juicios tajantes, dando la corona de laurel a uno o a otro personaje, mientras que otro quedaba condenado a estar en las brasas del infierno. Lo peor de todo, éramos todos nosotros en nuestras butacas comprando semejante pleito.

 

Para ese momento, no dejaba de asociar el tema con un cuento pequeñito que se encontraba en mi libro de lectura de la primaria, la historia era muy simple: Trataba de un señor, un niño y un burrito, en la cual durante su paso por diversas poblaciones levantaban habladurías de la gente, ya que iban “cometiendo toda clase de abusos e injusticias” entre ellos y la moraleja del cuento es muy simple: Nunca se le puede dar gusto a todos, siempre hay alguien inconforme con cualquier acción que hagamos, no importa cuál sea.

 

Una vez llegada a esa conclusión y, a punto de llegar a mi trabajo ya con el tiempo encima, empecé a razonar en todas aquellas veces en las que somos aquella gente “opinóloga” y “experta” en toda clase de temas que resultan verdaderamente intrascendentes en nuestra vida, que equivalen a información basura y que, tal y como lo menciona Noam Chomsky al momento de describir las técnicas de manipulación, son distractores extraordinarios para no darnos cuenta de lo que realmente nos puede afectar en nuestra existencia.

 

28 de marzo de 2022: 9:58 a.m.: Pero tengo que correr, debo llegar a impartir mi clase de la primera hora, ya estoy al límite del tiempo… Sí, ya pronto llego… Entre jadeos, falta de aire por correr con un cubrebocas, llego con mis estudiantes, empiezo a preparar mis utensilios para impartir la clase cuando…

– Maestra, ¿qué le pareció el evento de Will Smith en los Premios Oscar?

 

 

 

 

 

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