El sexo es púrpura

Y si me toco, ¿qué?

/ por Angela Delgado Martínez/

 

Al buscar en Google «masturbación femenina» me aparecieron 4,810,000 resultados exactamente (los primeros son informativos, luego van saliendo páginas porno). Cuando puse algo más específico, como «masturbación femenina tabú México», aparecieron artículos tipo «Quítale a la masturbación el tabú y disfruta sus beneficios» o «¡Adiós, tabúes! Los beneficios de la masturbación». La cosa es que estos artículos no son realistas, porque “decirlo no es lo mismo que hacerlo».

Para las mujeres, al menos en México, la masturbación sigue siendo un tabú, tiene una connotación negativa que nos impide hacerlo con naturalidad. El no poder verlo como algo normal tiene que ver con nuestra cultura «mocha». Las ideas que ha transmitido la Iglesia Católica a lo largo de los siglos (no sólo aquí, en varias partes de Occidente) han generado muchísimos símbolos alrededor de la mujer, entre ellos, los de la virgen y la prostituta. La primera es el modelo de mujer, lo que debería ser: pura, casta, obediente y bla, bla, bla. En cambio, la prostituta es la mujer cuya sexualidad está expuesta y, por lo tanto, es sucia e indecente.

El símbolo de la prostituta va más allá de ejercer la profesión, también se refiere a la mujer que disfruta su sexualidad; se masturba cuando lo desea, tiene sexo con quien quiere y cuando quiere, ve categorías extrañas de porno… El problema es que la sexualidad de la mujer está relacionadacon el pecado y la injuria, y, teniendo el peso de la Iglesia y de la Virgen de Guadalupe (que además es emblema nacional), no es de extrañar que la mujer mexicana promedio se asuste de su propio cuerpo y evite explorarlo.

Al igual que con la depilación femenina, en este asunto también está implicada la vergüenza, el miedo a ser rechazada por los demás al hacer algo no aceptado, pero aquí está íntimamente interiorizada. Todo el simbolismo sobre la masturbación que las mujeres hemos heredado hizo que esas ideas (no sólo las de la Iglesia, también las que surgieron del psicoanálisis freudiano, pero ese es tema para otra columna) se volvieran parte de nosotras: podemos vivir sin que nadie sepa que nos masturbamos, sin una queja de la vecina por el ruido que hacemos, mantenerlo como un secreto a lo largo de toda nuestra vida, pero somos nuestras propias juezas, porque lo que nos enseñaron ha impactado la manera en que vemos el hecho de darnos placer sexual.

Hay miles de formas de nombrar la masturbación masculina («chaqueta», «pajearse» «manuela», «jalarle el cuello al ganso», etc.), mientras que para la femenina yo solo he oído «dedearse” (que, por cierto, es un anglicismo, en México ni siquiera tenemos una manera coloquial de llamarle a la masturbación femenina). Para los hombres, al menos los que he conocido, es mucho más común y aceptado masturbarse, e incluso es un tema usual, no les da el patatús hablando de ello. En cambio, a muchas de nosotras nos da pena hablar sobre cómo lo hacemos, los diferentes métodos que hay (sí, tenemos muchísimas posibilidades para darnos placer, no nada más plátanos y pepinos) o si es común tal o cual cosa. Se puede pensar que esto es normal porque es algo muy íntimo e individual, pero entonces ¿por qué los hombres tratan el tema con más espontaneidad?

Además de tener libertad para hablar al respecto, predomina la idea de que los hombres son quienes pueden (y deben) dar placer sexual a la mujer. Se nos quiere convencer de  nuestra supuesta dependencia hacia los hombres. El machismo imperante en México se ha incrustado hasta en los aspectos más íntimos, y ahora tanto hombres como mujeres creemos que nuestro goce no depende de nosotras, sino de lo que pueda hacer un hombre. Así que claro que es normal que los hombres lo hablen y nosotras no, porque la masturbación no existe para la mujer y el «dedeo» es trabajo de los hombres.

No obstante, sí se están dando algunos pasos hacia adelante, como la creación de la página OMGyes. Cuando me suscribí se me hizo muy extraña porque tiene videos didácticos y en ese momento tenía la idea machista de que eso no es más que porno, pero luego me di cuenta de que el proyecto es un trabajo bien serio. En los videos las mujeres tratan su cuerpo como eso, un cuerpo, no como un objeto sexual, y explican qué les gusta y cómo lo hacen para que lo intentemos o nos demos una idea de qué nos gusta y qué no. Las diferentes secciones que tiene hablan de muchísimas formas para masturbarnos (yo no sabía que existían) y de varios aspectos que están relacionados con nuestro placer. La página es genial, y no sólo porque ya me puedo masturbar bien padre, sino porque es una forma de romper con la percepción social y cultural de la masturbación femenina y el cuerpo de la mujer.

Nos está costando (y costará) muchísimo trabajo olvidar la noción que tenemos de la masturbación como algo negativo, porque, aunque existan esos artículos en las revistas para mujeres, es algo que nos han inculcado y que ahora está en nosotras, no podemos quitárnoslo así como así. Tendríamos que empezar a verlo como algo natural, pero no es fácil porque nadie nos lo enseña.

Es completamente aceptable que a alguna de nosotras no le guste masturbarse, pero debemos estar conscientes de que es algo natural, no un pecado mortal, y deberíamos tener la libertad de hacerlo sin que haya presiones externas.  Es nuestro cuerpo, de nadie más, ni de nuestros papás, amigos, pareja… mi cuerpo es mío y yo soy quien decide qué hacer con él.

 

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