ArbotantesPersistencia retiniana

“Puedo hablar de las películas más tristes esta noche…”

/ por Ricardo Alcántara/

 
 

Neruda es una película chilena producida en colaboración entre España y Argentina, estrenada en Chile en 2016, pero llegó a México hasta hace poco más de un mes. La cinta narra la persecución del poeta, comunista y ex senador, Pablo Neruda, (Luis Gnecco) por el policía Oscar Peluchonneau (Gael García). Esta recibió el premio a la mejor película en el Festival Iberoamericano de Cine Fénix; en donde, además, fue nominada por mejor dirección, montaje, fotografía, diseño de producción, sonido y vestuario. También fue nominada a los Premios de la Crítica Cinematográfica y a los Globos de Oro por la categoría de mejor película de habla no inglesa.

   Para empezar, resalta la atmósfera que se crea mediante la combinación del estilo poético, melancólico y político por parte de Neruda y la valiente aproximación que las escenas de Peluchonneau tienen hacia el cine negro; capturando la necesidad del detective por atrapar a su presa y como ello lo empuja hacia la obsesión. Esta forma en la que el director, Pablo Larraín (también director de No, El Club o Jackie), maneja los géneros –y prácticamente los reinventa– le da a la historia un toque único. A esto debemos añadirle que cuenta con una fotografía muy peculiar, pues fueron muy reiterativas las tomas en las que veíamos a los personajes solos, en el centro del encuadre y a contraluz; lo que delineaba sus siluetas y cubría su contenido de una plasta negra, muy ad hoc para la situación. Esto también hacía que la refracción de los rayos de luz en el lente de la cámara dibujara líneas y elipses de azules y plateados tenues que le daban un toque onírico a las escenas. En mi opinión, este recurso fue un poco sobreexplotado, hasta el punto en que algunos rayos de luz, de lo exagerados que se veían, daban la impresión de haber sido añadidos durante la posproducción y resultaba cansado ver tantas composiciones tan similares. Sin embargo, es obvio que el fotógrafo Sergio Amstrong logró un estilo sólido que comulgaba perfectamente con la temática, con finos detalles como resaltar las nubes de polvo que había en las viejas casas donde el poeta se escondía y pasaba los días reflexionando y tratando de sobrevivir al aburrimiento. La paleta de colores de tonos grises y sepias le dieron a la película el tono nostálgico y solitario que tiene la poesía de Neruda y el excelente diseño de producción permitió que esto conectara perfecto con el Chile de principios de los cincuenta.

   La narración se torna interesante cuando descubrimos que no se busca enaltecer la figura del escritor, sino que aborda muchos de sus defectos y debilidades, incluso hablando repetidamente de la forma en la que los mismos chilenos cuestionaban su simpatía por el comunismo, siendo él una persona de dinero y no tan familiarizada con la vida de los trabajadores, como ellos hubieran querido. Esta dualidad entre las dudas y la profunda admiración que la gente siente por él, crea una situación deliciosa que, además, se retrata a la perfección en la escena en la que una mujer del partido comunista habla con el escritor durante una de las reuniones clandestinas y al estar un poco ebria le pregunta “¿Cómo será cuando todos en Chile seamos iguales? ¿Serán todos iguales a mí o todos iguales a usted?”. En esa misma escena, la mujer sugiere que tal vez si el gobierno no lo ha encontrado, es porque ellos así lo quieren. A pesar de que nunca vemos que la película confirme esta teoría, esto vuelve la persecución mucho más interesante cuando vemos al mismo Neruda diciendo que quiere sentir a los policías un poco más cerca; como si quisiera, a través de la adrenalina, reafirmar el peligro que lo haga sentir más heroico y trascendental mientras más hastiado se siente de estar escondido.

   Poéticamente, estamos hablando de una persecución en donde el perseguido busca, en cierta forma, ser atrapado; mientras que los verdaderos jefes del perseguidor podrían no querer que éste sea capturado. Al ir dejando novelas policiacas como una marca de su paso por las casas en que se oculta, el poeta parece ir dejando una serie de pistas para Peluchonneau, que más que ayudarlo, lo atormentan y comienzan a hacerlo sentir parte de una ficción escrita por su objetivo. Esto hace de la psicología de los personajes y sus arcos dramáticos un recorrido intrigante, protagonizado con maestría por Luis Gnecco y Gael García.

   No dejen de ver este encantador retrato de una de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana en una historia que bien podría ser el poema de las películas de cine negro.

 

FB: Patas Escuadras
 

 

 

*Foto recuperada de internet. Todos los créditos correspondientes a la imagen que encabeza el texto.

 

 

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