ArbotantesPersistencia retiniana

Maravillosamente confundido

/ por Ricardo Alcántara/

 

Youth es compleja, profunda y con una variedad temática que no delata su título. Dirigida por el italiano Paolo Sorrentino después de haber ganado el Oscar por La Gran Belleza, esta película explora planteamientos ya usados por el director en su anterior película, como la belleza, la tristeza, y la ferocidad implacable de la vida. En esta ocasión, Sorrentino replantea sus reflexiones desde el punto de vista de un par de artistas (Michael Cane y Harvey Keitel) en la depresiva quietud de su vejez. Uno de ellos era compositor y director de orquesta pero se retiró luego de enviudar, el otro es director de cine y aún se mantiene trabajando a pesar del poco éxito de sus últimas películas. La película transcurre durante los días de verano que ambos pasan en un lujoso hotel en las montañas, donde nos encontramos con otros muchos personajes insólitos, como un actor frustrado y confundido, una pareja a la que nadie nunca ha visto hablar entre sí, la recién coronada Miss Universo y un hombre viejo, obeso y cojo con un enorme tatuaje de Marx en su espalda.

  El conflicto surge cuando un emisario de la Corona se presenta en el hotel para suplicar al director de orquesta que salga de su retiro para complacer a la Reina, al mismo tiempo que su hija llega a pasar unos días con él tras la noticia de su divorcio. Sin embargo, todo el tiempo se da la impresión de que los verdaderos problemas vienen de mucho tiempo atrás y que llevan años dando vuelta en sus mentes, lo que vemos en la historia es sólo un ejemplo del tipo de cosas que detonan los recuerdos. Una serie de acontecimientos cuidadosamente balanceados y distribuidos, nos sumergen en las reflexiones que los personajes tienen durante su estancia. Pequeñas acciones que generan micro escenas discretas y delicadas, van revelando los pensamientos de los personajes que parecen más desesperanzadores a medida que nos acercamos al final. El director nos mantiene todo el tiempo en un tono realista que aunque roza con la tragedia emocional, no teme coquetear con la ironía y la alegría que nos brinda la complicidad en la tragedia misma.

    La película es toda una oda al caótico pensamiento humano; sobre todo el que se refiere al sujeto tratando de comprenderse a sí mismo, a los cambios que ve en él y en el mundo, a la imposibilidad de comprender el paso del tiempo y al terror incorregible que le tiene a la soledad. Todo esto se matiza con un conjunto de pequeños toques coloridos y esperanzadores, que vuelve a Youth una narración melancólica pero altamente disfrutable.

    La fotografía utiliza líneas rectas y simétricas, ángulos frontales y movimientos suaves, haciendo que todo el caos temático se logre sobrellevar con una predominante sensación pacífica y meditabunda. Hay tomas en extremo cerradas y otras abiertas, por lo que los paisajes cobran un peso importante en el desarrollo psicológico de los personajes, quienes a veces llenan el cuadro de sus propios recuerdos y alucinaciones. La edición es tan suave que no se nota, permitiendo a las tomas correctas alargarse lo suficiente para darle un corte contemplativo a la cinta sin que el ritmo de su narrativa se diluya ni pierda intensidad, por lo que la película no resulta aburrida en ningún momento; todo lo contrario, es intrigante e ingeniosa. Sorrentino no para de asaltarnos la cabeza con preguntas que no terminan de entenderse y cuyas respuestas serán evidentemente indescifrables, haciéndonos conectar profundamente con sus maravillosos personajes.

   Youth es una película de cinco estrellas, que reúne las cosas más importantes que debe tener el cine: la insistencia de obligarnos a acercarnos a las cosas en las que no queremos pensar y esa sensacional capacidad para conmovernos. Tuve el enorme placer de descubrir que el director ha continuado con la línea estética que marcó en La Gran Belleza, y recomiendo a todos aquellos que hayan disfrutado de alguna de estas películas, que vean la otra porque no se van a arrepentir. Sorrentino sigue demostrando que es uno los directores italianos más capaces de sus tiempos, con un estilo sólido y un hambre incontenible por cuestionar la insondable casualidad que es la vida.

 

FB: Patas Escuadras

 
 

*Foto tomada de internet. Todos los créditos correspondientes a la imagen que encabeza el texto.

 
 

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