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The Scar Project

/ por Rodrigo Lichtle/

 

Hace unos días tuve la oportunidad de visitar Quebec; específicamente el Musée National Des Beaux-Arts du Quebéc (MNBAQ). Entre las diferentes obras, me encontré con la siguiente realizada por Nadia Myre, The Scar Project:

Este proyecto se crea por cómo diferentes personas logran ilustrar sus cicatrices, tanto físicas como metafóricas. La misma obra fue parte del Truth and Reconciliation Commission of Canada, para reconstruir la relación entre canadienses aborígenes y no aborígenes.

El proyecto me pareció interesante, pero especialmente me hizo preguntarme, ¿hasta qué punto nuestras heridas y cicatrices nos conforman? De la misma forma, si fuéramos capaces de enumerar todas estas heridas, ¿eso nos haría entender quiénes somos?

Graham Greene en su novela A Gun for sale experimenta con esta idea. Siendo una novela de la década de los años treinta, presenta una situación de entre guerras. Lo que identifica y define a los personajes, formando su identidad, son principalmente: cicatrices. El claro ejemplo es Raven a quien lo que define quién es y como se relaciona con los diferentes personajes, su labio leporino, que es como una cicatriz, de acuerdo con él. Como él, muchos otros personajes se ven definidos por sus cicatrices. En el caso del antagonista, su cicatriz, que esconde con su barba, es lo que también termina por delatar su identidad para ser atrapado y entender el caso; siendo lo que lo identifica ante otras personas.

Entonces, las cicatrices físicas hablan y delatan partes de nosotros así como nuestro pasado. Son marcas de las que no podemos deshacernos. Se convierten en una parte del cuerpo que dice más de lo que, tal vez, nosotros queremos.

Aunque hay claras referencias a las cicatrices literales en la obra de Myre, a mí me interesan las cicatrices metafóricas, o el caso en el que ambas coinciden. Ahora bien, aunque las cicatrices de Greene son físicas, también se pueden hacer abstractas en su relación con los personajes y su identidad. En ambos casos, sigue existiendo la misma pregunta de su relación con la identidad de uno.

Frantz Fanon en su libro Black Skin, White Masks, menciona el concepto de «epidermalization», siendo el caso donde el individuo se convierte sólo en su color de piel. Creo que lo mismo puede considerarse de las cicatrices. Este es el punto en el que rasgos totalmente físicos se convierten en lo que configura nuestra identidad ante la sociedad. De cierta manera, las cicatrices entonces son una forma de «epidermalization», y como sucede con Raven, la cicatriz se convierte en lo que determina a la persona. Incluso puede llegar el caso en el que la cicatriz pasa a ser la persona, a manera de sinécdoque.

Si nos enfocamos en las heridas metafóricas, tenemos casos como el cuento «Amor» de Héctor Manjarrez. Ahí, un personaje a causa de un amor perdido se encuentra sin deseo, sin pasión y sin nada, mas que lo que lo rodea. Asimismo, el personaje se ve afectado por su relación con la sociedad y su cicatriz amorosa. Así, el Personaje se termina definiendo por esta herida que lo marca, construyendo su identidad y forma de actuar con base en el abandono de su pareja.

Pero, para todos los casos, es necesaria esta relación: cicatriz-sociedad. De cierta manera, la mayoría de las cicatrices metafóricas son causa de la sociedad, o de la interacción con otras personas. Manjarrez habla de una decepción amorosa, Fanon de discriminación racial, Greene sobre cómo las cicatrices nos delatan ante otros y, si alguno de nosotros sufrió algún trauma, probablemente este tenga alguna relación con otra u otras personas.

Me parece que, al menos en estos casos, existe un ciclo vicioso en el que la sociedad causa cicatrices, y después la misma discrimina (de alguna manera) al individuo por tener esa marca. Judith Butler, utilizando a Foucault y su idea de la performatividad, habla del género y cómo este puede considerarse un acto performativo. Sin embargo, una de sus consideraciones más claras es cómo ella reconoce la imposibilidad de categorías de genero sin la existencia de la sociedad. Hasta qué punto podríamos modificar esto y decir que no pueden haber cicatrices metafóricas sin la sociedad.

De nuevo retomo The Scar Project. La obra tiene el objetivo de ayudar a curar esas cicatrices causadas por el maltrato a los aborígenes, problemática que sigue siendo importante en Canadá. El mejor ejemplo es la Oka Crisis en 1990. Sin embargo, si ya se ha creado una marca en las personas: una cicatriz, de qué forma sería posible curarla. No es bueno olvidar los maltratos, en el sentido de no reconocer el daño que se hizo. Empero, se está reconociendo a los individuos como con una marca. De una forma u otra esto los vuelve algo diferente; personas ya marcadas por una cicatriz. Influyendo así en su manera de actuar y en su relación con la sociedad.

Creo que es importante tener en mente que de una u otra manera, las cicatrices y su significado son causa de la sociedad. El problema es el ciclo ya mencionado: como la sociedad es capaz de crear cicatrices, traumas y marcas en las personas, la posesión de estas heridas también delimitan su interacción en la sociedad. De nuevo retomando a Fanon, puede llegar el punto donde un individuo pasa a ser esa cicatriz, sin importar que haya sido causa de la persona. Como la exposición de Myre, tal vez la misma representación de las cicatrices son la solución a la discriminación causada hacia éstas marcas. Pero, no es sólo la representación pero la aceptación social de su existencia, no como un delimitante del individuo, pero como una posible etiqueta que ha marcado mas no formado a la persona. Me parece que las cicatrices si se conocen pueden darnos varios de los rasgos de nuestra personalidad, pero opinaría que el problema es más bien cómo nos afectan las marcas en nuestra comunidad. Al final uno puede preguntarse: ¿cuál es la diferencia entre la cicatriz y una etiqueta social? Asimismo, hasta qué punto es la cicatriz nuestra o sólo formada por lo mismo que nos han establecido. Tal vez, la inexistencia de todo tipo de «epidermalization» llevaría a la desaparición de las cicatrices sociales y metafóricas que nos conforman.

 
 

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