La feminista local

GRUPO DE APOYO PARA FEMINISTAS CON AMIGOS IMPRUDENTES EN FACEBOOK

/ por Fernanda González/

 

Hola, soy Fernanda… y soy feminista.

  Suena en el fondo un coro de voces que dicen “hola, Fernanda”, un coro que ha dado la bienvenida a más personas de las que le gustaría admitir. Todas esperan en silencio, como quien ya sabe lo que sigue pero quiere escucharlo de todas maneras.

    La historia siempre va igual. Una abre su cuenta de Facebook, pasa un rato viendo publicaciones y decide compartir alguna imagen que considera normal pero que es lo suficientemente “radical” como para atreverse a sugerir que las mujeres también tienen derechos. Hay diferentes historias: hay a quien le armaron pleito por insinuar que el aborto fuera seguro y legal, hay a quien insultaron por defender a las madres “obscenas” que amamantan en público, a quien amenazaron de muerte por compartir la foto de un feminicida/acosador/cabrón. Y luego estoy yo, la que llega al grupo de apoyo con cinco amigas menos y mucha agresividad dentro de un cuerpo que no sabe qué hacer con ella.

    La amiga de la esquina pregunta qué pasó, con quién me peleé. Yo le respondo que esta vez fue con un conocido que solía ser mi amigo pero que, por obvias razones ya no quiero ver ni en pintura (y dudo que él quiera verme a mí). Es uno de los mil hombres con los que me he peleado porque sus vidas los llevan a mis publicaciones y no tienen el suficiente autocontrol como para no comentar, y yo estoy lo suficientemente aburrida como para responder, eso nos lleva a largas discusiones en donde él responde por fregar y yo respondo porque en mi interior creo que vale la pena cambiar la opinión de al menos una persona. Spoiler: nunca pasa.

   Esta vez en particular, la pelea fue por una publicación que critica a los hombres que quieren mujeres chiquitas (léase chiquitas como mujeres que se minimizan para que los hombres se sientan más grandes). El ahora conocido de un amigo, decidió comentar que él creía que las mujeres debían complementar al hombre y no al revés.

   A ver.

   Vamos pasito a pasito.

    Primero que nada… no. Las mujeres no complementan a nadie. No es su deber. Es como si dijeras que las mujeres somos las ayudantes del mago pero nunca el mago. Y pues no, no nos pusieron en este mundo para ser las ayudantes de un mago mediocre que sigue sacando el mismo conejo del mismo gorro usado y viejo, pero espera que todos nos sigamos sorprendiendo con ese truco, que sigue esperando ovaciones por hacer el truco de magia más básico y esperado que existe.

    Así que no, ex amigo ahora conocido de un amigo, no es culpa de ninguna mujer que tu no te sientas completo. Ni de tu mamá, ni de tu hipotética hermana, ni de tu hipotética futura pareja (porque tengo mis dudas sobre a dónde va tu vida). Las mujeres están hechas de muchos tipos de magia, están formadas por muchas partes diferentes que nos hacen quienes somos. Pero te puedo asegurar que no hay una sola mujer que haya nacido para “complementar” a un hombre.

    Nos reunimos todos los días a diferentes horas en la zona de fumar.

    Si nos ven, no saluden.

 

 
 

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