Sortilegios entre la wisteria

Solo brujas viven aquí

/por Mar Rawlins/

 

“Witches night”

 

Recuerdo cuando era una niña y solía salir al jardín para recolectar hierbas y flores. Las llevaba dentro de la cocina y, en la mesa, dentro de un cuenco, las mezclaba y molaba hasta convertirlas en una extraña cataplasma. Le otorgaba el nombre de pociones o perfumes, las pasaría a frascos o las regresaría a la tierra. Al llegar la noche, en el mismo jardín, llegué a tocar flautas hechas de barro u ocarinas, manipulando con nula habilidad una melodía bajo la luna llena. Lo hacía honrando a los espíritus de la tierra y del cielo, los sentía ahí en esa casa fría, en la tierra fangosa del bosque y el olor a pino: actos que venían con naturalidad. En mi mente aún existía un dios delicado, enclaustrado en una iglesia o atado a un rosario; y mientras le rezaba a un dios por hábito me encontraba en una encrucijada respecto a qué podría creer.

 

          Terminé encontrando un camino y una comunidad de personas a quienes les fue heredado el conocimiento o, como yo, lo fueron adquiriendo.  Le encontré sentido a esas situaciones y actos de la infancia. Ahora tengo 22 años y he desarrollado palabras como intuición e instinto en mi entendimiento. Ahora leo imágenes formadas por hojas de té, alimento fuegos en los equinoccios y solsticios, se desarrollan cánticos entre adornados susurros de miel untada en mis labios, transportados al éter por el alma del incienso, y mi intención gana poder con la música de Trobar de Morte. 

 

          Encontré, por medio de todos estos actos ritualísticos, que lo divino yace en espacios recónditos, que hay una energía con la cual convivimos constantemente y que se puede fomentar: está alrededor y dentro nuestro, se puede manipular y transformar, aquí se podría insertar el concepto de manifestación. Comprendí que las tradiciones y creencias de nuestros antepasados cargan poder por sí mismas, que existen conexiones que ellos podrían haber comprendido antes de que esto fuera desplazado y corrompido por el colonialismo y la dichosa modernidad. No quiero decir que  estas prácticas no puedan subsistir. Al contrario, se vuelven parte de todo ya que es el mundo con el que convivimos.

 

         Poco a poco he tenido que reconfigurar ciertas ideas o tendencias sobre mis actitudes y aprender, y sé que será así siempre. Una bruja que alega haber aprendido todo y que no necesita más adquisición de conocimiento no es realmente una bruja. Así que pequeña advertencia: no es un proceso sencillo ni rápido, toma tiempo y se requiere un estudio arduo. No se trata solamente de proclamar “soy una bruja” o “soy un ser espiritual”; requiere práctica y paciencia, y aunque la palabra esté contaminada, requiere fe en las capacidades que puedes desarrollar y si es que adoptas una en la cosmogonía bajo la que ejerzas tu práctica. En fin, no empecé a escribir esta columna para ser tu guía espiritual ni mucho menos tu maestra.

 

Textos de interés: 
“Witches of America” by Alex Mar 
“The Penguin Book of Witches” by Katherine Howe
“The Witch in History” by Diane Purkiss
“When did everyone became a witch?” Jessica Bennet: https://www.nytimes.com/2019/10/24/books/peak-witch.html

 

Imagen portada: Mar Rawlins

Imagen columna: Adrienne Rozzi o Poison Apple Printshop

 

Los textos así como su contenido, su estilo y las opiniones expresadas en ellos, son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la opinión de la UDLAP. (Para toda aclaración: esporarevista@gmail.com).

 

 

 

Tags :#brujas#rituales

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