Fulgor bohemio

El arte transgresor de una reina: un acercamiento al drag poblano

/por Frida Téllez/

 

El  drag es  arte vivo, en movimiento; es una escena visual y teatral de la extravagancia; la completa disrupción del género y, al final de cuentas, la expresión de la belleza humana.

 

         Drag Queen, en particular, es la representación de un artista que se caracteriza como un personaje con rasgos exagerados de aquello considerado socialmente “femenino”:  maquillaje, pelucas voluminosas y vestidos de refinada excentricidad, que se convierte en una práctica con fines performativos. Al igual que todo arte, es subjetivo, dinámico y ambivalente, ya que el término es verbo y sustantivo a la vez, es hacer drag y ser drag. Debido a esta fluidez surgen nuevas representaciones artísticas derivadas, como el Drag King, el Bio King y el Bio Queen.

 

          Sus orígenes surgen en el teatro burlesque del siglo XIX en Reino Unido, en donde se hacían representaciones cómico-satíricas de los roles de género y el sistema político; asimismo, los varones representaban personajes femeninos, exagerando sus atributos, gestos y ademanes. A esta práctica se le comienza a conocer como  drag  o “arrastrar”, haciendo referencia a las largas faldas que utilizaban y que arrastraban por el suelo; posteriormente se agregó el término  queen en alusión a la feminidad y al poder que representa la palabra. Con el paso del tiempo este arte dejó de ser sobresaliente en el teatro, pero fue retomado por la comunidad LGBT+ como medio de entretenimiento de la vida nocturna en el siglo XX. En la actualidad, la noche cobija a estxs artistas arriba de un escenario, siendo un arte  que sigue tan vivo como cualquier otro. 

 

         Tuve la oportunidad de entrevistar a tres Drag Queens de la ciudad de Puebla, Santa María Magdalena, Ultrajada y Carlota Gida, quienes me compartieron varios aspectos de su identidad y entorno como personas LGBT y Drag Queens. Es importante aclarar que este no es un estudio que represente todas las posturas de la comunidad, ya que la diversidad y el dinamismo de este movimiento es tan amplio que no puede fijarse en estas páginas; sin embargo, es un acercamiento muy íntimo y honesto a su entorno.

 

         El  drag se entiende como un medio transgresor y subversivo, es romper con los cánones del género, desafiar al status quo a través de la celebración y del  arte. Pero también es una forma de representar un alter ego, una personalidad propia a través de un personaje con un nombre y una historia distintos.

 

         Para  Alí Bello “Carlota Gida”, gracias a este, logró aceptar su feminidad sin estigmas, al definirse como una persona no binaria/trans, y a encontrar en su personaje una forma diferente de expresar su género:

“El  drag me ha ayudado y representa una parte muy importante en mi vida, porque como comunidad estamos acostumbrados a esconder toda nuestra feminidad, por el machismo o para ser aceptados y Carlota es esta mujer que equilibra mi vida, y que me permite ser yo sin miedo.”

          Ser una Drag Queen es ver el mundo de una forma muy particular, ya que se crea un personaje fantástico con una historia y un carácter, que se convierte en la manera de empoderar todos los atributos de su personalidad.  Estas personas crean una realidad de sí mismas bajo sus propias reglas,  pero con los pies en la tierra, ya que detrás de ellos, existe un ser humano que tiene posturas y creencias claras, que está consciente de los problemas sociales, de la intolerancia, la desinformación, la violencia y la discriminación.

 

 

           Jesús Téllez “Santa María Magdalena” ve el mundo desde una perspectiva decolonial, interpretando la imagen del personaje bíblico, de piel morena, como debió ser realmente haciendo alusión a un concepto de belleza distinto al normativo que nos mantiene colonizados: una belleza más oscura, cargada de elementos esotéricos. A través de su  arte pretende transmitir un mensaje social que trascienda en su audiencia. 

 

         Abraham Vázquez “Ultrajada”, se crea a partir de una conciencia anti-sistémica y anarquista, por lo que su personaje es una constante lucha política con el afán de crear conciencia social de los crímenes de odio hacia la comunidad, debido a la deuda de sangre que ha dejado esta lucha.

 

 

 

        Y, la más joven de las tres, Carlota Gida, expresa su identidad a través de su pasión por el folklore mexicano y por los pueblos originarios. Su forma de ver el mundo está enfocada en crear una perspectiva de sí misma a través de su lado cómico, pero también emotivo y sentimental, llevando en su maquillaje una lágrima.

        

          El  drag se crea de conceptos y premisas que cada persona se plantea, de acuerdo a sus percepciones individuales, del  arte y la estética, y el género.  Es, además, considerado como un  arte porque quien lo practica se convierte en su propio lienzo y porque posee la capacidad de evocar sentimientos y transmitir mensajes de connotación política y transgresora, ya que esta comunidad y la comunidad travesti se ha hecho presente en movimientos de protesta por los derechos de la comunidad LGBT+.

 

          Creo que es una forma de resistencia contra la heteronormatividad y como un arma para dar un mensaje claro de inclusión, para visibilizar diferentes maneras de hacer  arte, que constantemente está retando a los estándares de género y resistiendo ante las imposiciones de la heteronormatividad patriarcal.

 

Imágenes:

IG @latiamagdalena 

IG @ultra_jada_dragqueen

IG @carlotagida

 

Los textos así como su contenido, su estilo y las opiniones expresadas en ellos, son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la opinión de la UDLAP. (Para toda aclaración: revista.espora@udlap.mx).

Tags :#Drag QueenDrag

Te podría gustar