La neta del planeta

Perdóname Dios porque he plagiado

/por Mapi Díaz/

 

Hace algunas semanas, uno de mis profesores favoritos nos enseñó el texto “Contra la Originalidad” de Jonathan Lethem. Un ensayo donde se muestra qué es el copyrigth y la demonización contra la apropiación. Para no hacer el cuento largo, Lethem señala que la originalidad tiene un valor monetario, es decir que cada palabra, acción, o creación es para y con el capitalismo.  Además, hace hincapié en que el copyright es de esta institución. La originalidad debería de ser un concepto para hacer cosas nuevas. No obstante, vivimos en un mundo lleno de tecnología, arte y opiniones que hacen que sea inalcanzable y que cuando se logra, el artista se vuelve una marca con un mercado consumiendo sus productos, el cual siempre debe estar creando cosas “nuevas” y “originales” (en la mayoría de los casos debe fingir que su contenido es original).

 

          La apropiación siempre ha jugado un papel importante en la cultura: desde las variaciones y covers en la música, hasta los homenajes y recreaciones de los arquetipos fundamentales planteados por los griegos. Dos de mis bandas favoritas tienen muchas canciones exitosas, entre ellas Wonderwall de Oasis y Boulevard of Broken Dreams de Green Day. Al principio pensaba que mi oído me estaba tendiendo una trampa,  ¿por qué? pues porque ambas suenan igual. Aunque la letra es un poco diferente, la melodía es exactamente la misma. Este es un claro ejemplo de la poca originalidad que podemos llegar a tener; a veces copiamos sin darnos cuenta. Estamos tan impregnados de lo que pasa en nuestro entorno que nuestro subconsciente imita lo que conocemos.

 

         Cuando era pequeña me metí a un concurso literario de la SEP, escribí sobre un niño que iba a visitar a su abuela pero esta se convertía en una serpiente e intentaba devorarlo. ¿Les suena familiar? Al principio no me di cuenta que estaba imitando una escena de Harry Potter. Quizás no la estaba copiando tal cual pero la esencia de ese fragmento era muy similar. No lo hice a propósito, me gustaba  tanto Harry Potter que mi subconsciente se quedó con algunas escenas y las hizo suyas. Me descalificaron del concurso. Lo volví a intentar el siguiente año y aunque no gané, me enteré que habían descalificado a más de 25 concursantes por plagiar.

 

          Para Lethem el artista debe organizar y reapropiarse de los signos que conforman el mundo para decir lo mismo pero diferente. Por ejemplo: la película del Rey León de Disney. Como muchos saben, es una cinta basada en una de las obras de William Shakespeare; Hamlet. En ambas historias se habla de lo mismo, pero en una se hace con animales y la otra con personas. ¿Es lo mismo? relativamente no, ya que lo que Disney hizo fue sacarle provecho a un clásico y convertirlo en un boom del cine infantil, ganando millones de dólares.

 

         Además, Lethem menciona que las trabas legales, que han coartado la libertad de la cultura, se han convertido en un nuevo tipo de censura, el fascismo de los intereses económicos y las regalías.  “El copyright contemporáneo, las marcas registradas y la ley de patentes están, hoy en día, corrompidas. La propuesta de copyright perpetuo es la negación del elemento esencial de regalo al acto creativo.” (Lethem, 46). La compañía de Disney se apropia de obras clásicas (Hamlet, la Cenicienta, la Bella y la Bestia, etc), culturas (Coco, donde se habla del Día de Muertos, una tradición mexicana), de moda y tendencias (cada que pueden se alían con equipos de moda o marcas importantes como Starbucks, Pandora, Coca-Cola, etc.), las hace suyas y quien se atreva a usar el nombre de alguno de sus personajes, canción, color o lo que sea, son demandados por mucho dinero.  El copyright  le garantiza al autor derechos sobre sus expresiones originales. ¿Qué sucede cuando muere? sus regalías pasan a sus herederos quienes deben considerarse honrados por las subsiguientes parodias, citas o recreaciones.  

 

         No hay obras originales. No hay una idea pura. Todo texto, pieza, obra o trabajo está influido por diferentes voces que hacen referencia a ecos de lo que ya conocen. Todo está lleno de plagio, ya que es una red de citas, alusiones, palabras e ideas. Las ideas son de segunda mano, ya que un autor es todos los autores, o porque las citas se cuelan voluntaria o involuntariamente en el arte. La intención argumental de Lethem se complementa con la estética del ensayo, debido a que el texto está lleno de plagios y apropiaciones:

“Esta clave para leer el ensayo anterior cita todas las fuentes que robé, transformé y amasé mientras “escribí” (excepto, ay, aquellas fuentes que olvidé en el proceso). La primera inclusión de un autor o hablante está resaltada en negritas. Casi cada enunciado que seleccioné lo reelaboré también, por lo menos en parte- por necesidades de espacio, para que tuviera un tono más consistente o simplemente porque me dio la gana (Lethem, 50).”

 

         Es complicado crear algo nuevo en esta época pero no imposible. Estamos inmersos de información, críticas, tecnología y moda. Podemos ponerles pausa por un instante, desconectándonos de todo. Y no lo digo para solo apagar el celular y la computadora, sino para tirarlo todo: nuestras obras, piezas y escritos. ¡Destrúyanlo! tal vez puedan crear algo relativamente nuevo; o podríamos optar por lo que hace Lethem, Hugo García Manríquez, Disney, Oasis y otros. Crear algo nuevo con materia e ideas ya existentes. Hacer algo diferente, fuera de lo ordinario, de lo estético. 

 

 

 

Imagen tomada de Internet.

Los textos así como su contenido, su estilo y las opiniones expresadas en ellos, son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la opinión de la UDLAP. (Para toda aclaración: esporarevista@gmail.com).

 

Tags :#Copyrigth#Lethem#Plagio

Te podría gustar