Destruye lo que te destruye

Hola, amiga. Tú perreas sola. Compra mi canción

/por Paulina Meyer/

 

El 27 de marzo del 2020 el cantante puertorriqueño Bad Bunny estrena su sencillo “Yo Perreo Sola” y sorprende a los cibernautas con un video musical en donde sale dragueado y perreando con las frases ni una menos y las mujeres mandan de fondo. La respuesta de muchas personas de mis alrededores fue asentir satisfechos con la cabeza, como diciendo “esto sí que es un aliado del feminismo”. Aplaudieron, sobre todo, el que un hombre heterosexual se maquillara, entaconara y se acariciara los pechos falsos durante todo el video. Cuando vi aquella obra maestra no pude evitar pensar en el episodio de BoJack Horseman, “BoJack the Feminist”, en donde se parodia a las celebridades con un pasado repleto de conductas misóginas que un día amanecen deconstruidos, se disculpan y se autoproclaman feministas. No sólo se les perdona, sino que se vuelven íconos de esta lucha  que busca rescatar las voces de las mujeres que tantos siglos han sido opacadas por las masculinas. El mejor momento de este episodio es cuando BoJack dice que el movimiento es genial, que sólo hacía falta que los hombres tomaran la batuta. 

 

          Claro, un buen aliado entendería esta crítica automáticamente: cuando un hombre con poder y presencia mediática decide discutir sobre el tema, aunque lo haga con buenas intenciones, sólo le está quitando a las mujeres la oportunidad para hablar de su lucha y sus experiencias. Gayatri Chakravorty Spivak argumenta en su ensayo “¿Puede hablar el subalterno?” que cuando un sujeto privilegiado decide alzar la voz en nombre de su contraparte en desventaja, lo condena a una subalternidad que se agravia por su falta de expresión, ya que incluso para reclamar la discriminación que vive tiene a alguien hablando por encima de él (o en este caso, ella). Creo que, si Bad Bunny quisiera ser un buen aliado, una buena técnica (que a fuerzas tiene que ir en este orden) sería callar, escuchar y entender, aunque, por desgracia, ésta no le venda discos.

 

          De todas maneras, los hombres ya han sido el centro de atención de casi toda la historia humana, ¿por qué quieren incluso usurparle su lugar a las mujeres en su propio levantamiento? ¿no les recuerda al caso de Margaret Knight o al de Lise Meitner, en donde un hombre robó sus descubrimientos o inventos y se quedó con todo el reconocimiento? Es casi como Bad Bunny no dándole crédito a la cantante Nesi (¿acaso hay un “ft. Nesi” por allí? ¿acaso sale en el video musical?) mientras el punto del video y de la canción era, supuestamente, empoderar a las mujeres (¿invisibilizándolas?). Según lo que he podido averiguar, esto se debe a problemas entre disqueras o a que Bad Bunny ya había “comprado” la voz de Nesi, por lo cual no es un featuring. En cualquier caso, es interesante cómo el video intenta salir de los esquemas de objetivización femenina al no abusar de las chicas en chiqui-bikini (a quienes no se les ve la cara porque sólo se les enfoca el culo), al abrazar él elementos femeninos saliendo de la heteronormatividad, etc., pero usando la voz de la cantante como un objeto de fondo y quitándole la posibilidad de tener presencia o reconocimiento.

     

          Hablando de fondos, están las palabras ni una menos en un letrero neón, frase que encabeza las pancartas de las marchas que protestan feminicidios. Palabras escritas en cartulinas que son portadas por mujeres que lloran y se desgarran la voz exigiendo justicia por amigas, familiares o chicas que aparecieron en las noticias cuando fueron violadas y asesinadas. Esa oración conlleva la connotación del abuso y la opresión. Pero aquí no. Aquí solo es parte de la decoración de un video musical que, aunque pretenda mandar un mensaje positivo anti-acoso, no dona nada de sus ganancias a alguna organización que apoye a las mujeres que han sido víctimas de esto. Pero sí puedes comprar una playera de Bad Bunny; debajo del video puedes hacer clic en sus productos.

 

          En fin, no conozco personalmente a nuestro conejito reggaetonero, pero me atrevería a decir que este video más que apoyar al feminismo lo coopta, lo vuelve una mercancía. Y no digo que los movimientos originalmente marginales pierdan su sentido una vez se vuelven mainstream; no obstante, sí digo que hay que mirar con ojo crítico este tipo de producto mediático, ya que tiende a trivializar y reducir los movimientos sociales a una técnica de marketing con el objetivo de obtener visitas y jactarse de ser progresivos, a pesar de repetir los patrones opresivos de siempre. Pero claro, con tal de que pongan la etiqueta de feminista, es perdonable.

 

 

 

 

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Tags :Aliado del feminismoBad BunnyFeminismoPerreo

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