Analectas

Entre el papel y el diván

/ por Alejandra Castillo Flores/

 

“Entre” puede designar el espacio que divide dos elementos, pensando a éste como el tercer elemento que, sin ser ausencia, se presenta en negativo, el relleno borroso al focalizar los primeros dos, y sin embargo está ahí. La palabra también denota en sus significados un estado intermedio, es decir, la eventual decisión que voluntaria o involuntariamente se hace de uno por sobre otro. Así mismo, “entre” puede establecer una relación cooperativa, la resolución que se alcanza gracias a dos o más participantes. Para mí, la relación de la literatura y el psicoanálisis está en el “entre”: dos campos cuya unión llega a difuminar los límites de uno y otro, y cuya separación sigue manteniendo una interdisciplinariedad inmanente. Esta interdisciplinariedad puede verse como una colaboración para que ambos continúen desarrollándose en sus respectivos campos de saber o como una jerarquización, en la que uno se apoya del otro para elaborar nuevas conclusiones.

   Las ramificaciones que ese “entre” produce no son el objetivo del presente texto, no solamente porque aún no he logrado responder la mayoría de las problemáticas que el tema origina, sino porque la única pregunta que quiero contestar en primer lugar, y que curiosamente ni siquiera yo misma me había preguntado hasta ahora, es: ¿por qué estudiar la unión entre literatura y psicoanálisis?

   Al decidir “salirme” por un momento del campo literario para aprender los conceptos y argumentos del psicoanálisis, mi objetivo principal era y es conocer la tríada psicoanalítica: el psicoanálisis como teoría de la mente, método de investigación y forma de terapia. Una vez armada con estos nuevos conceptos, que estructuran a lo que en el siglo XXI conocemos como psicoanálisis [1] , intentaría encontrar ese “entre” sin caer en las dualidades jerárquicas teoría–objeto de estudio, precedente–descendiente o aplicación de uno en otro [2] .

   Teniendo mi objetivo tan claro, no vi el: ¿y todo esto con qué fin? En su momento me pareció obvio –y he ahí el error– la literatura está hecha de lenguaje, ya sea oral o escrito, y cada sujeto también. El lenguaje predetermina y crea, oscurece y aclara significados, nos hace ser, tanto a libros como a personas. En otras palabras, no “salgo” del todo de la literatura en tanto mi enfoque principal siga siendo el lenguaje, aunque éste sea estudiado desde otra perspectiva. Más aún, quienes han tocado el tema, como Norman Holland o Jean Bellemin-Noël, sugieren que “esa otra perspectiva” es una lectura más que enriquece el corpus de la teoría literaria; no obstante, de esta manera caemos en una de las dualidades ya mencionadas, en que uno es el conocimiento y otro el objeto al que se aplica ese conocimiento. De esta manera el objetivo no es alcanzado y aún no logro responder el por qué.

   Otras aproximaciones al tema han logrado democratizar más la relación. Shoshana Felman, en su compilación Literature and Psychoanalysis. The question of Reading: Otherwise [3] plantea que la noción de aplicar se debe modificar por el de implicar, ya que desde el principio la literatura ha sido parte de los términos usados en el marco teórico del psicoanálisis, “la referencia inherente” por la cual éste nombra sus conclusiones. Poniéndolo en otros términos, Felman explica que ambos se atraviesan de la misma manera en que el inconsciente se introduce en el lenguaje y el actuar consciente, a veces sutil y otras sin reserva. Por ejemplo, a un lector o espectador de la obra Edipo rey le será difícil ignorar –e incluso sería ingenuo de su parte no asumir una posición respecto a– la acepción que ahora tenemos de la tragedia y del personaje; ya que al utilizar los términos literarios, el psicoanálisis no sólo los replanteó, sino que permeó la forma en que percibimos la realidad –hecha de palabras– y lo que hay en ella [4].

   Me remito entonces a otra característica del lenguaje, la posibilidad. Una palabra adquiere tantos significados como escenarios imaginables e inimaginables hasta que son creados; tiene una historia social y además de una personal con cada individuo; los campos semánticos la determinan, pero siempre tiene espacio para uno nuevo si hay alguien que pueda introducirla en ese contexto y hacerla funcionar: el arte que logra el escritor, la tarea del filósofo y el estímulo del psicoanalista.

   La posibilidad es conocer las reglas y usar ese conocimiento para romperlas en la búsqueda de algo nuevo. Es ésta mi respuesta –por el momento– de lo que yo busco y porqué lo busco: quiero que el lenguaje me lleve –¿llevar al lenguaje?– a ese contexto posible, a lo que tal vez sea un arte psicoanalítico.

 

[1] Como muchos otros campos, éste ha cambiado con el tiempo y aunque la referencia obligada sigue siendo Sigmund Freud, no podemos decir que hoy en día tenemos el mismo psicoanálisis que empezó a existir como tal a finales del siglo XIX.
[2] Los ejemplos que ilustran este punto son numerosos y las compilaciones referidas al final de este texto dan una excepcional muestra de los estudios que se han hecho hasta ahora; por el momento me limitaré a los más paradigmáticos, el uso de la obra de Sófocles para constituir el complejo de Edipo y el uso del psicoanálisis como catalizador en la trama de La conciencia de Zeno de Italo Svevo.
[3] Literatura y psicoanálisis. La interrogante de leer de otra manera. (La traducción es mía).
[4] El lector/espectador que aquí refiero es uno muy específico, puesto que suponer un alcance generalizado de la teoría psicoanalítica sería un error; sin embargo, si hablamos específicamente de esta obra, las posibilidades de ser leída o representada fuera de la influencia de la cultura occidental son, no imposibles, pero sí improbables.

 

Referencias

Bellemin-Noël, Jean. Psychanalyse et littérature. París: Press Universitaires de France, 1978.
Felman, Shoshana, editora. Literature and Psychoanalysis. The Question of Reading: Otherwise. London: John Hopkings University press, 1982.
Holland, Norman N. “Psychoanalysis in Literature. The Mind and the Book: A Long Look at Psychoanalytic Literary Criticism.” 1998 Web. 01 de noviembre de 2016.
Pick, Daniel. Psychoanalysis. A Very Short Introduction. USA: Oxford University Press, 2015.
Rimmon-Kenan, Schlomith, editor. Discourse in Psychoanalysis and Literature. Nueva York: Methuen & Co., 1987.
Williams, Paul, y Glen O. Gabbard, editores. Key Papers in Literature and Psychoanalysis. London: Karnac Books, 2007.

 
 

*La imagen de presentación del texto fue tomada de internet. Créditos correspondientes a su autor.

 

 

 

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