Condado

Apropiación fanática

/por Ian López García /



Soy Ian, miembro de la comunidad LGBTTIQ+ por partida doble: bisexual y trans.  Antes que todo eso soy un fan, un friki de lo peor y, sobre todo, un fanficker. He pasado 10 años detrás de una computadora leyendo fanfiction y los últimos 8 escribiéndolo. Leo historias de amor gay escritas por otros fanáticos protagonizadas por mis personajes favoritos. Soy, al igual que miles de personas, la prueba de que lo que Henry Jenkins plantea como verdad. Los fanáticos no somos sujetos pasivos que se limitan a consumir lo que los medios les ofrecen, sino que tomamos como nuestros los personajes que alguien más creó y los reinventamos.

 

          Hace poco corrió el rumor de que las películas del Universo Cinematográfico Marvel abrían la posibilidad de una película de Spider-Man into the Spider-Verse como live action, reuniendo tanto a Tom Holland, como a Andrew Garfiel y a Tobye Maguire. ¡Oh sorpresa! También podríamos tener al primer Spider-Man bisexual. Dentro del fandom slash de Marvel todos enloquecimos un poco y nos formamos mil teorías emocionantes sobre lo que nos traerían las futuras películas. Pero a la par que nosotros celebrábamos, había un montón de fanáticos rasgándose las vestiduras y demandando que “el Spider-Man de su infancia no era gay y nunca lo sería”.  Conforme los leía me iba encontrando con argumentos como un “¡weeeey noooo!”, repetir hasta el cansancio que Spider-Man no era así, y que ahora todas las películas querían ser políticamente correctas. Dentro de todo eso, aparentemente nadie terminó de entender la diferencia entre ser gay y ser bisexual.

 

          Después de leer todos esos comentarios me quedó clara una cosa: los espacios de representación LGBT en el  entretenimiento, que van más allá del humor y lo estereotípico, son casi inexistentes y cuando se intenta una gran parte de los potenciales consumidores lo reprueban. Las películas con esta temática se han vuelto casi un género exclusivo, uno que no se mezcla con cosas tan grandes e icónicas como Spider-Man, lo gay tiene su propio espacio bien alejado de lo heterosexual, lo que para muchas personas esta bien. Metidito en el closet a donde pertenece. Pero no, los personajes LGBTT+ están en todas partes. No importa si no fueron planteados así por los autores, los seguidores nos ocupamos de crearlo. El fanfiction  se encarga de que por fin el Profesor X y Magneto terminen juntos, que Harry y Draco liberen su frustración sexual y que por fin Dean Winchester salga del closet. Están ahí, en apariencia inocente como una muestra del deseo sexual femenino que es un componente importante, pero también es una forma de ir ganando espacios. 

          Tienen la característica de ser fácilmente distribuible. Cualquiera puede crear una cuenta de Wattpad en menos de cinco minutos o puede esperar un día para recibir una invitación de Ao3 para dar a conocer a una comunidad de fans para expresarnos. Desde aquí podemos expresar fantasías, apoyar luchas sociales o contar vivencias personales usando a diferentes personajes. No necesitamos ser grandes escritores, no necesitamos más que ganas de escribir y algo que decir. Por eso se ha convertido en mi espacio de desahogo, un lugar seguro que me deja crear y olvidarme un rato de los comentarios transfóbicos de Rowling o de la reticencia de los fanáticos ante la idea de un Spider-Man bisexual.

 

          Los fanfics están ahí para expresarnos, para que esas historias que significaron tanto se vuelvan parte de nosotros. Están ahí porque esos personajes ya no son de Stan Lee, de Rowling ni de Kripke, son míos y de todos los fanáticos que los reinventamos.

 

 

 

Los textos así como su contenido, su estilo y las opiniones expresadas en ellos, son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la opinión de la UDLAP. (Para toda aclaración: esporarevista@gmail.com)

 

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